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Channel: Castigo de Dior
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Un par de viejas razones...

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Hace ya casi un par de meses, cuatro sujetadores conmocionaron a medio mundo y es que un descubrimiento al más puro estilo Indiana Jones pero en versión erótica de prendas íntimas fechadas en época medieval, han sido halladas durante una excavación en el castillo austriaco de Lengberg. Un hallazgo que sin duda contradice la idea asumida hasta ahora de que el sujetador no existió antes del siglo XIX y que nuestras antecesoras medievales no iban estilo hippie, sin sujeción de ningún tipo, ¡aaaay! Pobres de aquellas a las que la gravedad les podía y no tenían manera de recolar ese par de gemelas que toda mujer lleva de fábrica.

    Pues bien, las prendas medievales encontradas se parecen bastante a los sujetadores actuales; tienen dos copas (que no tres, la evolución femenina continua siendo la misma) y elementos decorativos; para que luego digan en aquellos tiempos todo era despiporre, pues no, también había interés por el detalle.

    Estas prendas íntimas aparecieron junto a otros 2.700 fragmentos textiles durante las investigaciones arqueológicas que un equipo de la Universidad de Innsbruck. La prueba del carbono 14 a la que han sido sometidas las sitúan entre los años 1.440 y 1.485. Intuyo que se han conservado en este buen estado, porque se dieron las condiciones climáticas o se creó un crimoclimax adecuado para su conservación, de otra manera obviamente habría sido imposible.

    Sea como fuere, estas "bolsas para los pechos" o "camisas con bolsas" como las denominan los escritos medievales han llegado a nosotros, desintegrando las teorías que atribuían los orígenes de esta prenda a la corsetera francesa Herminie Cadolle a finales del S.XIX.

     
    Herminie Cadolle (1845 - 1926), inauguró en 1887 su primera tienda/taller de ropa interior hecha a medida, donde se inventó una prenda de dos piezas llamada le bien-être (el bienestar). La parte inferior era un corsé para la cintura y la parte superior (la de los senos) iba sujeta por medio de cintas al hombro. Tal prenda revolucionaria se exhibió en la Exposición Universal de 1900 y para 1905 se vendía por separado como un soutien-gorge, nombre con el que los sujetadores son todavía conocidos en Francia. La creación de Herminie se convirtió en El ajustador de reinas, princesas, bailarinas o actrices, incluso Mata Hari fue una de sus primeras clientas.


     




     














    Pero como en todo buen negocio, la polémica siempre está servida, se estableció una disputa por la patente con Sigmund Lindauer, (procedente de una familia alemana de corseteros), que también había patentado una versión elástica de ajustador en 1913. Este alemán, inventor de Hautana, primer sujetador fabricado en serie por su compañía: "J. & S. Einstein". La cosa nunca quedó clara tras la expropiación de la empresa por los nazis debido a su origen judío, acabaron huyendo del país.

    La historia nunca se cierra, el origen de ciertos objetos nunca dejará de sorprendernos, ni lo sabremos con exactitud. Quizás ese sea realmente su encanto.



     
     

    Señor que marca las horas

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    Uno de los defectos o virtudes en el ser humano más palpable y que suele decir mucho a cerca de cómo es esa persona, suele ser la puntualidad o la ausencia de esta. Además de describirnos, el tiempo, nos condiciona, los limita, nos impone y nos sitúa. Dependeremos de el, al menos casi siempre… y esto, no sé por qué me hace pensar en el conejo de “Alicia en el País de las Maravillas”.


       Desde la invención de los relojes a finales del siglo XIII, la posesión de uno de estos ingenios fue durante siglos signo de distinción, esto, provocó una evolución de esta pequeña maquinaria a un aspecto más suntuoso, dotándolo de elementos de embellecimiento y ostentación, de riqueza y poder.



     
    Los relojes actuales, los de pulsera, se desarrollaron como nueva extensión de los relojes de bolsillo a comienzos del siglo pasado. Y en muchos modelos, eran relojes de mujer, que evolucionaron a objetos populares y funcionales durante la Primera Guerra Mundial.




    Existen muchas historias sobre el primer reloj de pulsera. El relojero Abraham-Louis Breguet habla en sus relatos de un primer reloj de pulsera vendido para la Reina de Nápoles en 1810, que era básicamente un reloj de bolsillo con cadena metálica. Aunque los relojes de bolsillo también fueron prendidos de anillos, bastones u otros objetos/complementos.



    La reina Isabel I de Inglaterra, hija de Enrique VIII y Ana Bolena, quinta y última monarca de la Dinastía Tudor. Tenía un interés especial por los relojes, recibía como regalo numerosos de ellos por parte de admiradores: en 1580 el conde de Leicester le ofreció un brazalete de oro cuajado de brillantes y rubís que tenia en medio un reloj y un collier de oro y diamantes del que siempre colgaba el reloj. En 1571, el capitán de la guardia real le regaló una joya con un reloj engarzado. En 1578, el conde de Russel le regaló un anillo-reloj adornado con brillantes. En fin, no sé como lo hacía, pero me pido sus métodos para recibir “ofrendas” similares.



    En 1621, María de Médicis, esposa del rey francés Enrique IV, recibió en Blois a un embajador veneciano, este, le entregaría un presente extraordinario; dos pequeños relojes de oro a modo de joyas.



    María Annunziata Carolina Bonaparte, más conocida como Carolina Bonaparte, hermana pequeñas de Napoleón Bonaparte y Reina de Nápoles, conocida por su ambición desmedida, fue una ferviente admiradora de relojero Breguet, encargándole el primer reloj de pulsera como tal. Hasta la fecha, esta pieza, con el número 2639 y un enigmático destino, sigue desaparecida.
     


    Puede que gracias al amor por lujo y el afán poseer lo más exclusivo de estas señoras, sea lo que nos haya llevado a nuestro reloj actual y francamente, aun no sé si debería agradecerlo.


    "¡Dios mío! ¡Dios mío! ¡Qué tarde voy a llegar!"




    Que no te den Alta Costura por Prêt-à-porter (Parte 1ª)

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    Que el mundo del “fashion business” está más de moda que nunca, no es ninguna novedad, lo sé, no descubro América (de hecho nunca lo hago). De modo, que en la vertiente más cultureta las salas de exposiciones, fundaciones y museos conscientes de este fenómeno aprovechan el tirón aunando ambos conceptos; moda y exposición. Arrastrar al público al museo parece más fácil que nunca y esta unión simbiótica (con permiso de la simbiosis de Gran Hermano 1), parece ser que funciona de sobra, las expos de los huevos de oro, las llaman.


    A pesar de estar involucrada en el mundillo del arte/exposiciones y de la moda desde hace tiempo, jamás he visto semejante proliferación de muestras de moda y sobre todo, el interés que se genera en torno a ellas sea el que sea el material expuesto. Ya quisieran la afluencia de público de estas exposiciones otras disciplinas para sus arcas o contadores de visitantes, porque al fin y al cabo, todo se reduce a números.


    Da igual si llueve, ventea o nieva, me echo el niño al hombro, el novio a la espalda, madrugo el día del señor, espero la cola desde primera hora de la mañana y una vez que traspaso el umbral de acceso, ya puedo respirar tranquila y decir que YO estuve allí. Y si no es suficiente con tu alegría interior, siempre puedes echar mano de tu BB o Iphone y tuiteas la expo mientras caminas entre maniquíes en penumbra a expensas de un buen golpe.

    En el caso que de los métodos de conservación no sean lo más estrictos, siempre puedes hacer tus propias fotos, ese acto de propiedad y posesión que muchos no entienden; cuantas veces hemos oído: “si esas imágenes, las encuentras en google con mejor calidad”, ya, pero captas tu vivencia personal en ese sitio. Además que usar tu propio material para luego publicar siempre será mejor.


    Admirar obras de alta costura y otras de no tan alta, dependerá siempre de nuestras inquietudes personales o del posible “engaño” al que nos veamos sometidos. Aunque no lo creamos aquí, TODO VALE, últimamente he cambiado de perspectiva y puedo decir a pulmón lleno que en el amor, el arte y la moda, si que vale todo, me guste o no.

    Cualquier objeto relacionado con la moda es “digno” de ser expuesto, aunque no presente ningún interés, ni general ni particular; podemos exponer unas simples fotos con algún pretexto, aunque carezcan de contenido, exclusividad o singularidad. Eso sí, al ser material relacionado con la moda darán el juego suficiente para montar una exposición que con la debida y eficiente comunicación podrá convertirse en la verbena soñada.


    Con verbena o sin ella, he realizado mi particular tour por las exposiciones más “sonadas” de la capital. Señores, juzguen ustedes mismos en el próximo post. Hasta entonces, ojo y vista, con lo que se expone por ahí y 
    que no os den alta costura por Prêt-à-porter.



    Dime dónde vas y te diré que hay allí

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    Que no te den Alta Costura por Prêt-à-porter (2ª Parte)


    A grandes rasgos ya dije que pensaba del filón que vive hoy día todo lo relacionado con el mundo de la moda en forma de exposición. Como la cosa esta que hecha humo de ofertas de dichas características, aquí una servidora que le gusta dejarse impresionar y engañar a partes iguales, se echa el bolso al hombro y recorre todo lo que llega a sus oídos.

    Como dije en el post anterior podemos encontrar de todo y lo más importante, para todos los gustos, y no digo yo que mi criterio sea el del poder de la razón, simplemente es mío, personal e intransferible, y para ello tengo este espacio.
     

    En este momento de subidón “modil” cualquier rincón parece ser digno de mostrarnos unos trajes, como fue el caso hace un par de semanas de Pedro Rodríguez en la Feria de moda Vintage de Chamartín. La intención no era mala, pero creo que Pedro Rodríguez merecía, merece algo más que un rincón en unas galerías de una feria (sea, de lo que sea). Va siendo hora que las creaciones de esta firma se expongan al público de la forma que merecen, como uno de los nombres importantes de la moda española.

      
    Intentando captar algo digno de retinas, me encontré con ¿Cazadores de Tendencias?Pues eso, un intento de cazar moda española con 67 estilos/diseñadores que abarcan 40 años de moda, el criterio de selección muy discutible por cierto. Una justificación más para exponer 67 fotografías (enviadas por diseñadores), así como material audiovisual de un programa de moda de la cadena de estatal. La verdad, es que pasó por mis sentidos con más pena que gloria. Lo único positivo es que no me costó un duro, digo un euro, que si no… monto en cólera. Lo siento, no la recomiendo.


    Saltando a un museo estatal, podemos dar con La historia del traje de baño en el museo del traje; un recorrido interesante, con piezas singulares, aportan datos  de cultura general que nunca vienen mal y pueden interesar más allá de “fashion bussines”. El montaje minimalista, pero muy acorde con el discurso expósito, (puedes oír las olas del mar mientras examinas los trajes de baño). Muy recomendable y GRATIS (fundamental).


      
    Menos cultural pero más lujosa, es la muestra del Thyssen para Cartier, y digo más lujosa no solo por las joyas reunidas, si no por que la nietisima de la Kelly se acercó hasta Madrid para dar el pistoletazo de salida a la muestra, por cierto, cuentan las malas lenguas que Charlotte (como le gusta llamarla a su madre), sudaba como si no hubiera un mañana y claro, las marcas quedaron impresas bajo las axilas en su precioso vestido gris perla, que por muy mona que sea la niña también suda como toda mortal. Siguiendo con lo nuestro; 400 piezas se han reunido para este espacio mostrando todos los estilos trabajados por esta mítica firma de joyería.Podemos ver joyas que pertenecieron a la realeza o "celebrities" como Grace Kelly, Elisabeth Taylor, Coco Chanel o Wallis Simpson. El montaje sin destacar en exceso, para eso ya estaban las joyas. La ganancia para Tita: 8€ por cabeza.


    En un intento de insertar más que nunca la moda en un museo que poco tenía que ver con esto, tenemos La Moda es Sueño, 25 años de talento español, en el museo Cerralbo. Aquí encontramos una amplia selección de diseños aunque para mi gusto sobran más que faltan, ya que el ambiente en el museo Cerralbo está muy saturado de objetos y los maniquíes se pierden entre tanto mobiliario ecléctico. Por otro lado eché de menos un hilo conductor que aunara las piezas, a pesar de que todos los diseños sean españoles sigue faltando algo. Se exponen algunos genios españoles olvidados y eso me gusta, así que si tienes oportunidad, pásate. (Tiene varias franjas horarias gratuitas). 

     
    Pero sin duda, si hay una exposición de exposiciones en este momento, la más comunicada, deseada y aclamada esa es… “De la Calle a las estrellas” deJean Paul Gaultier, 124 piezas atemporales de auténtica alta costura a la vista de todos. Se trata de una instalación contemporánea que hace un extenso recorrido por los 35 años de Gaultier en la moda. Se ha hecho de forma impecable una “gaultierización” del espacio en el que se exponen diseños con los medios más avanzados; maniquís parlantes, paredes acolchadas, siluetas en movimiento, material audiovisual, bocetos… nada ha sido expuesto de forma aleatoria, imprimiéndose el peculiar estilo del diseñador en cada rincón. El recorrido abarca todo lo realizado hasta hoy; vestuario para cine como Almodóvar, corsés de Madonna, colecciones inspiradas en tribus urbanas o la polémica “Chic Rabino”. Totalmente recomendable, aunque acceder no es tarea fácil compensa (largas colas y paciencia). Gratuita.





    Con estas exposiciones acabará el año, solo espero que el año que viene nos traiga las exposiciones de moda justas de número pero sobradas en calidad.





    Mis Tacones en el Palace

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    No hay nada como levantarse un domingo para producirse a primerita hora de la mañana y si no tengo que ir a Edición Limitada de GestionaRadio para arrojar mis opiniones como cada domingo, buscarme un plan alternativo. Y pese a toda controversia, (ya que en el centro de Madrid anda cortado por manifestaciones día si y día también), correrme en tacones 300 metros con desnivel y en consecuencia haber gastado un bote de laca para nada, llegué con los tobillos como los de un elefante al Palace e irrumpí como si aquello fuera mío. Solo me hacia competencia una señora de 80 años con turbante turquesa y gafas a lo Onassis que no podía dudar que ella si que era la ama de todo aquello, (me pido ser como ella de mayor).





    Y, ¿Qué hacía yo en el Palace? Pues, tal y como relataba en mi penúltimo post existen uniones difíciles de asimilar, y no, no me refiero a la mía con el Palace, ni al matrimonio de Parada con Chelo García, no, me refiero al intento incesable de unir con la moda todo aquello que se encuentre en un momento crítico para hacer un rescate a lo Merkel, aunque ambos poco tengan que ver. Este tipo de uniones, son una estrategia viejuna con el único objetivo de arrastrar al espectador hacia algún negocio poco floreciente o sin interés general.







      


    Si el objetivo es promocionar el restaurante de uno de los hoteles más prestigiosos de la capital, si si, vuelvo a hablar del Westin Palace, nada como montar un pequeño desfile con brunch. Un mini evento de moda para que los paladares más y menos exquisitos recuerden los vestidos que las clientas lucieron en el salón de baile de este importante hotel en años floridos. Como era de esperar aquí hubo más ruido que nueces y a mi los modelitos no me parecieron para tanto, es más, faltaba alguno que otro de lo anunciado en cartel. Los diseños que se exhibieron componían una colección denominada “The Sublime Collection”.


    A todo esto mientras veías venir modelito por aquí, modelito por allá, te podías poner fina fina, en el almuerzo buffet ó “brunch” de alta cocina en miniatura; ensaladas, carnes frías, mariscos,  carnes, pescados, postres y copas, muchas copas, hasta ansiarte que fue lo que hice. Disfrutar de este selecto catering estaba en tu mano por el módico precio de 76,40€ por barba, menos mal que a mi esto me lo saca mi maromo gratis, y ya le devuelvo yo el favor en privado, porque esta claro que si no eres una carita conocida como Mansilla, Mararoff o Jesús María Montes-Fernández, (presentes en el acto), la broma te sale bien carita y yo vivo en un bucle de crisis.




    Las piezas desfiladas fueron cedidas por el coleccionista Joao Magallanes, propietario de Museo Automovilístico de Málaga poseedor de más de 400 tocados antiguos, que curiosamente encontraba en los automóviles que adquiría. Esto le animó a comenzar una colección de trajes antiguos que ya cuenta con más de 90 piezas. Modelos que el museo automovilístico de Málaga usa para mostrar junto a coches vintage; lo que hablamos siempre, mucha lógica en todo con tal de sacar unas perras.









    Para completar el “look” las modelos lucieron piezas de  Carrera y Carrera y al final del desfile, (algunas) de las allí presentes recibimos un cheque regalo por valor de 500€ para emplear en la firma joyera, que aquí no se andan con tonterías, aunque me podrían haber dado los eurillos en metálicos porque no creo que encuentre nada por ese precio en la tienda.



    La conclusión en un museo, hotel o restaurante sigue siendo la misma; El negocio de la moda llama más que nunca al público en general y continuaran intentando “engañarnos” con tal de atraernos.



    Una Historia de Compras y Seducción

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    Que Londres es una de las ciudades más codiciadas entre fashionistaspara ir de compras con un vuelo baratito, no es ninguna novedad (no). De hecho ya hablamos de ello en un post dedicado a la moda masculina londinense.


    Si preguntas a alguien con una leve idea de comprar en la ciudad del Beefeater te recomendará sin duda como centro multimarca los almacenes Selfridges. Pero detrás de este lujoso centro comercial donde es posible encontrar prácticamente de todo, existe una historia de pasión y derroche; la historia de Harry Gordon Selfridge.

    Harry (1864-1947), fue magnate de la venta. Nacido en Estados Unidos, quedó pronto sin padre, que tras la Guerra Civil, no volvió a casa y no porque muriera, simplemente optó por cambiar de vida, (como dicen en mi pueblo: "se fue a por tabaco"). Así que su madre mantenía a la familia gracias a un humilde sueldo de profesora.




    Tras fracasar en sus exámenes de ingreso a la Academia Naval se convirtió en vendedor de libros, más tarde pasó a una fábrica de muebles y una aseguradora, hasta llegar a Leiter & Company uno de los almacenes más exitosos de Chicago.De vendedor pasó a asistente del director general de ventas.Después, se hizo responsable de publicidad, creando distintos eslóganes como: "el cliente siempre tiene la razón"y "dar a la mujer lo que quiere".En 1879, se unió como socio a la firma y durante los siguientes 25 años se abrió camino en una carrera comercial sin freno.



    Se casó con Rosalie Buckingham (de los ricos Buckingham de toda la vida) y amasó una fortuna personal considerable. En 1906, la pareja decidió ir de vacaciones a Inglaterra.Harry, rápidamente se percató que las grandes superficies de Londres no habían aplicado las últimas tendencias en ventas utilizadas en EEUU y decidió invertir £ 400.000 en la construcción de su propia tienda en Oxford Street.


    La nueva tienda, Selfridges, se abrió al público el 15 de marzo de 1909. La compra por diversión había llegado a la ciudad, y Selfridges se convirtió en el modelo a seguir por grandes almacenes. En ese momento, las mujeres comenzaron a disfrutar de la emancipación, podían pasear sin escolta por la ciudad, por lo que el astuto vendedor promovió las compras por placer y no por necesidad, y para ello se valió de publicidad pagada. 




    Con seis hectáreas de superficie, ascensores de lujo, amplia terraza, biblioteca, salones de belleza, perfumadores, 21 escaparates, exposiciones de arte, conciertos orquestales en el restaurante Palm Court, salas especiales de recepción en francés, americano alemán, y clientes "coloniales" y una sala de primeros auxilios. Todas las comodidades destinadas a retener a los clientes el mayor tiempo posible. Y tanto despilfarro, hizo que pronto se convirtiera en la tercera mayor atracción de la ciudad, después del Palacio de Buckingham y la Torre de Londres. Selfridges era un lugar al que acudían las mujeres para pasar el día.


    Harry Selfridge, era un genio absoluto en trucos publicitarios, el “showman” de las compras, lo mostró llevándose a sus almacenes el primer avión que cruzó el Canal para una exhibición pública, con lo que obtuvo titulares en prensa como: “Francia-Inglaterra-Selfridges”.


     Sin embargo, sus debilidades principales: las apuestas y bailarinas, aumentaron tras la muerte de su esposa, manteniendo una vida social más que activa con numerosas amantes, las más célebres fueron las hermanas Dolly, a quienes Harry prodigó su fortuna; las bañó en joyas, les alquilaba enormes casas que llenaba de plata, porcelana, cristal y alfombras de piel de chinchilla. A la casa de las hermanas de Dolly llegaban diariamente cestas enormes de flores y comida gourmet. Pero inevitablemente, toda esta historia de lujuria y lujo terminó en lágrimas.


    Durante los años de la Gran Depresión, la fortuna del magnate disminuyó considerablemente. Los miles de libras en productos de lujo que tomó de la tienda nunca fueron pagados y treinta años después de su gloriosa apertura, Harry fue derrocado de su negocio en la sala de juntas. En 1947, murió en circunstancias difíciles.



    Si su adicción a la buena vida, casas grandes y extravagantes provocaron su caída con un triste final, al menos el transcurso de ésta no fue tan malo, ¿verdad?

    Charles James, el modistA del volumen

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     Hará así como unas tres semanasvisitó Edición Limitada el “modista” Lorenzo Caprile, que si amigos, lo he llamado “modistA” ni diseñador, ni modisto, ni sastre, que luego se enfada, saca la vena de académico de la RAE (esa vena que poseen algunos que piensan que corregir en público es de “educados”) y te bronquea en antena sin más. Si si, porque hacer, hará unos trajes de novia/fiesta monos, pero lo que es de relaciones públicas anda regular el hombre. Pues bien, en la mini entrevista que nos dejo hacer, comentó que uno de sus diseñadores favoritos fue el gran Charles James, y claro algunos interesados ávidos de información me han preguntado por esta referencia de la moda, así que aquí y a grandes rasgos os suelto lo que sé de su vida.

    Charles James, 1906-1978, fue conocido como el primer “modista” estadounidense. Se le considera un maestro del corte y es conocido por su estructurada estética.
















     En 1919 asistió a Harrow School, donde conoció al fotógrafo Cecil Beaton, cuya amistad duraría décadas, (del prestigioso colegio fue expulsado por una aventura sexual). A los diecinueve años se trasladó a Chicago, donde empezó a estudiar arquitectura primero y periodismo después, antes de abrir una tienda de sombreros tomando prestado el nombre de Charles Boucherdon, compañero de Harrow. Un par de años más tarde, se trasladó a Nueva York, donde, además de crear sombreros, empezó también a confeccionar vestidos, presentando su primera colección en Londres en 1929.



    Pero no sería hasta 1947 cuando James presentó una de sus colecciones más exitosas en París. Trabajó sus vestidos como obras de arte. Año tras año, elaboró diseños originales, realizados en lujosas telas con los estándares más exigentes de sastrería y detalles innovadores como cremalleras en espiral. También realizó capas y abrigos, a menudo adornados con pieles y bordados o chaquetas blancas de raso acolchado, (y ríete tu de la bataedredrón que vende MMM para H&M).





    James creó un estilo espectacular y pictórico inspirado en un historicismo; Antigüedad clásica, siglo XVIII y el Segundo Imperio francés. Su máximo deseo fue la búsqueda de una belleza totalmente idealizada, convirtiendo a las mujeres en hieráticas estatuas, (esas que vemos en las editoriales de moda pero nunca en la calle). Su meta era vestir a la mujer perfecta, exquisita y sofisticada, si, convertirla en un mero espectáculo estético. 








    Además de ser el primer couturier made in USA, también dio entrada al erotismo en la moda de una manera consciente -mucho antes que Halston-, convirtiendo al espectador en un voyeur, básicamente lo que ha evolucionado al denominado PornoChic, era el Tom Ford de nuestros días.

    La ampulosidad de sus faldas no era cualquier cosa -a veces hasta 6 capas de enaguas- convertían sus creaciones en monumentales esculturas de tejido que se sostenían solas, haciendo gala de una admirable perfección técnica. 





    En 1954, a pesar de su inclinación homosexual y misoginia, se casó con Nancy Lee Gregory, con la que tuvo dos hijos. Y tras el nacimiento de su primogénito diseñó su primera colección infantil.

    Charles James se retiró en 1958, arruinado, después de numerosos procesos financieros e incluso bancarrotas. En los sesenta, se instaló en el Hotel Chelsea de Nueva York, donde intentó, sin éxito, dedicarse a la creación de joyas. Sería el mismo hotel en el que encontraría su muerte años más tarde.



    La Gran Campanada

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    Con la navidad a la vuelta de la esquina, todo esta preparado: luces de colores, abetos, los belenes; sin mula, ni buey, ni pastorcillos cantando, eso sí, con Reyes Magos andaluces (que siendo así, como relata en su libro el sumo pontífice, me da a mí que más que llevarle mirra, incienso u oro al niño de Dios, estos Magos iban cargados con un jamón serrano y una botella de fino cantando flamenquito pop). 


    En fin, que este Papa entre twitter y las reformas del belén no da más de sí, como yo, que no quepo de gozo por haber pillado de rebote cesta de navidad en el curro, con sus polvorones para mis cartucheras y unas botellas de vino para aguantar a la Igartiburu dando las campanadas año tras año, que nos quejábamos de Ramón García acompañado de la Carrá o de Anita Obregón con sus escotazos, pero a la Igarti, esa rubia de mirada impávida no hay quién la reemplace del comienzo del año en la cadena estatal y a mí, es que me aburre mucho siempre con esos ajustados diseños de su modistA Caprile, (que son estupendos pero me hacen sentirte comoEl yeti o la abominable mujer de las nieves), ese rictus facial que cada día se mimetiza más con el de Nicole Mary Kidman y esa poca gracia que se gasta… Ramón, ¡vuelve, con tu capa española!

      
    Lo cierto es, que no me queda otra que cambiar de canal, aunque esto entraña sus riesgos, porque si te atreves a pasar a telecirco, lo mismo te ponen al trío la-la-lá (Pili Rubio, Carbonero y Marta Fernández), tengo que sacar el ganchillo y liarme a bostezar hasta que se me desencaje la mandíbula, porque a Vasile le gustan guapazas pero lo que son divertidas, divertidas… Va ser que no, si es que a la pobre Sara hasta la tuvieron que pisar un par de veces para que hablara.


     


    Más dicharachera y con traje de gala estuvo la Panto con su retoño y Jorge Javier, que se pasó un poco de “pelotismo” para mi gusto, ojala pongan este año a Jesús Vázquez y al menos nos deleitamos la vista, porque pasarlas con Paz Padilla o los globos de Carmen Alcaide a punto de estallar, a mí me motiva poco, pero entiendo que algún señor que otro quede satisfecho.
     
    Pero… ¿Dónde quedaron esas navidades esas doce campanadas con “Martes y Trece” imitando a Encarna Sánchez? Esa Marisa Naranjo, tumbada con sus uvas, que parecía el mismísimo Baco en versión Falete, aunque eso sí, un poco desorientada, pero y lo bien que lo pasó la gente, ¡¿qué?!

     









    Pues lo que nos depara este año no sé yo si tiene mejor pinta que otros… Hago un resumen rápido; en Telecirco: Jordi Sánchez, Pablo Chiapella y Vanesa Romero, tiene pinta de ponerse en plan Gran de debate. En TVE: Anne Igartiburu e Imanol Arias, como cada año más de lo mismo. Antena 3: Parece que rescatan a Paula Vázquez y Carlos Sobera. En La Sexta: Alberto Chicote y Sandra Sabatés, esto da más miedo que otra cosa, que lo mismo Chicote sale de la tele y echa la bronca por la elaboración de tu cena, que mal rollo ¡por Dios! Y lo que más juego puede dar y estoy a la expectativa es Neox, con la chica que confunde azúcar y sal, Remedios Cervantes y… (redoble de tambores), la restauradora del año, Cecilia la pintora de Borja, no tengo claro que saldrá de aquí pero esta señora promete.



    Y tú, ¿Con quién te tomarás las uvas este año?




    Feliz 2013

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    Y se acabó... Así como terminan las cosas que no tienen mucho sentido. 
    Buen comienzo de año castigadores...



    El Español que vistió a Los Miserables

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    Arranca el año, aunque la verdad, para mi no comienza hasta que no pasa el día de Reyes, me como el roscón, (que ese es el único que me como con seguridad en todo el año), planteo mi dieta de depuración navideña y me lanzo a las rebajas cual Lady Ganga que soy.

    Lo cierto es, que entre comilona y comilona navideña, siempre nos queda hueco para ver una peli fuera de casa. Y estas fiestas se ha llevado la palma la película/musical “Los Miserables”. A mi, estos remixes no me hacen mucha gracia, porque o vas a ver una peli o a ver un musical, pero la mezcla de ambos pierde bastante. Aunque esta es mi opinión, que como dice mi admirado Clint Eastwood, son como el culo, todo el mundo tiene uno. La película, la tienes que ver en versión original, de lo contrario te cargas la interpretación de estos artistazos, ahora que como no sepáis inglés… estáis perdidos… ya puedes ir cogiendo las gafas de lejos y hartarte de leer a toda pastilla, y ya si eso, le preguntas a alguien que tenga dominio del idioma si lo que has pillado se aferra a la realidad.
     


    Aunque por otro lado, también digo que merece la pena oír esosvozarrones y conocer esta historia, que el que más y el que menos, ya se la sabe. Además, como estimulante añadido, nuestra patria tiene un pedacito de gloria en esta producción, si si, el diseñador de vestuario, Paco Delgado, canario, y ha desplegado medios para dejar al público boquiabiertosonando incluso como posible Oscar al mejor vestuario. España está más de moda en Hollywood que nunca.



    Delgado y Tom Hooper (Director de la peli), ya habían trabajado juntos en un anuncio y el cineasta prometió llamarle para un proyecto sobre «Los Miserables». La promesa se cumplió y Paco se trasladó a Londres y París, que junto con un equipo de 40 personas tendría que vestir a 4500 personajes y extras de la Francia de 1815 hasta 1845. 


    El diseñador, ya se ha habituado a ser el eterno candidato en los Goya, por películas como «La piel que habito», «Biutiful» o «Balada triste de trompeta». Y a este paso, seguro que le dan el Oscar antes que el Goya, así somos nosotros; typical spanish. Ojala le veamos pisar la alfombra roja del antiguo Teatro Kodak (ahora Dolby), por este trabajo.



    Cuando Delgado define el vestuario de esta película, lo hace como «realista con un toque fantástico». Para encontrar la fantasía, busquen en los colores de la bandera francesa, en la vestimenta más arriesgada de las prostitutas o el matrimonio Thénardier (con Sacha Baron Cohen y Helena Bonham Carter). «El color nos recuerda que es un musical pese a contar una historia tan triste».



    El vestuario es la referencia más cercana al personaje y su fuente primordial de inspiración para crear este vestuario fue la obra de Víctor Hugo (llena de referencias a la ropa de la época), así como creaciones de Delacroix o Goya, revistas de moda de la época y museos de moda en Londres y París con piezas del siglo XIX.


    Cada personaje ha marcado el detalle de su vestuario, como Anne Hathaway pidió zapatos aptos para veganos o Helena Bonham Carter, le contó que su madre era madrileña. Entonces, el diseñador canario decidió incluir en su vestuario referencias a la cultura española: «El primer corpiño que luce está lleno de bordados de torero del siglo XIX». Y es que, según el diseñador, conocer al actor es primordial para desarrollar su trabajo. 



    Un español más del que sentirnos orgullosos sin tener que echar la vista atrás.


     

    FASHION ESCULTURAL

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    Como el turronero, me siento, él detrás de las ferias y yo detrás de aquellas exposiciones que siento un marcarán antes y un después, y si no las veo me pierdo algo realmente importante, en esta ocasión el destino ha sido Bélgica. 
     

    De Madame Grés, ya hemos hablado por este “rincónblog” y de mi afición por la museografia también, de modo que en este post solo habrá que mezclar y agitar.

    Desde 12 de septiembre 2012 hasta el 10 de febrero 2013 MoMu (museo de moda de Amberes) se presenta una visión general de la obra de la modista parisina Madame Grès (1903 - 1993), así como la influencia ejercida por la creadora sobre otros iconos de la moda como Gaultier. Dicha muestra fue presentada en 2011 en el Musée Bourdelle de París.


    Madame Grès, se sentía mitad escultora mitad diseñadora de moda: "Yo quería ser escultora. Para mí, trabajar con piedra o tejidos es lo mismo."



    Como ya comenté, Gréstrabajaba los drapeados directamente sobre el modelo, sin dispositivos artificiales y sobre todo sin usar tijeras ni agujas, y por ello fue pionera de las prendas sin costura.

    En los cincuenta años de su trayectoria, su trabajo se convirtió en una serie de períodos estilísticos; desde vestidos de noche drapeados helenísticos, prendas modernas y minimalistas para el día o ropa de playa, siempre con un estilo propio y específico: sobrio y atemporal, escultural y femenino.



     

    Conceptualmente, el diseño de la exposición esta en consonancia con la moda escultórica de Madame Grès. Para lograr esto, MoMu trabajó para el montaje con el artista belga Renato Nicolodi, que ha diseñado elementos para los espacios de exhibición, en la muestra también hay cabida para una muestra de su propio trabajo. Sus obras arquetípicas, minimalistas y clásicas, establecen un estimulante diálogo con la obra de modista.
     

    Esta exposición reúne diseños procedentes en su mayoría de las colecciones de Galliera, así como algunas colecciones privadas.

    Desde el principio el MoMu ha optado por un enfoque dinámico que supera el carácter estático que propone cualquier museo convencional. Realiza exposiciones temáticas de diseñadores específicos o temas relacionados con la moda, partiendo de una selección de piezas de la colección (un fondo de más de 25.000), junto con piezas en préstamo. El punto de partida de cada nueva exposición es un concepto global, centrándose no sólo en la ropa, sino en un contexto completo: varias fuentes de inspiración del diseñador, vínculos con otras disciplinas artísticas, etc. No hay vitrinas estáticas, las salas son bastante dinámicas adaptándose a las necesidades de cada exposición. 


      Esta vitalidad, es la fuerza misma del museo de moda en Amberes.




    En la guerra y el flamenqueo, todo vale.

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    No era posible de comenzar de otra forma el Salón Internacional de Moda Flamenca 2013, (SIMOF), que no fuera de jarana. Pues si amigos míos, aunque las implicadas no hayan querido (por intereses individuales), dar curso a la polémica, el rumor flamenco ya volaba por Sevilla y se extendía por la geografía española en cuestión de horas. Y es que la modelaza onubense Laura Sánchez organizó el mes pasado una pasarela de moda flamenca benéfica en Sevilla y claro, a la organizadora oficial de TODOS los eventos de moda en Andalucía, le ha sentado fatal que le hagan sombra. En represalia, que la Sánchez no fue llamada a participar como modelo estrella por un día en SIMOF este año, en respuesta, la intima amiga de Lau, o sea Vicky Martín Berrocal no presentó colección en dicho salón y puntualizando vía “pajarito azul”, apuntó que la pasarela flamenca perdería mucho sin la presencia de su colección.   



    Con altercado o sin él, lo cierto es que este año no hubo colección de Berrocal (se echo de menos el desfile de 15 metros en 1:20h de Laura Sánchez y sus lágrimas… así como el famoseo que esta arrastra. La que sí estuvo fue María José Suárez que presentará colección propia el próximo año, de flamenca, no os despistéis). También se sintió la baja de Juana Martín (se rumorea que por problemas económicos, además de querer alejarse de la imagen “flamenquil” y acercarse más a la antigua Cibeles. 

    Colección "Universo de colores" de Rocío Peralta

    Pues entre bajas y altas, comenzó esta pasarela que marcará la tendencia en moda flamenca, porque aunque digan que en el mundo flamenco todo se lleva, nada más alejado de la realidad. En líneas generales, para este año, arrasa el tul de plumeti con transparencias el mangas y escotes, trajes de corte canastero, minivolantes, flores XL para la cabeza y si no al menos tres de gran tamaño, manga larga, lunar negro de tamaño medio sobre colores intensos, pocos estampados, tejidos ligeros y joyería XXL. Con estas premisas ya podremos empezar a idear nuestro próximo traje de gitana.

    Lina, colección "Flamenco"
    La encargada de abrir pasarela fue una clásica en Sevilla; Lina, la misma que viste a la Pantoja en sus gira y le hace un vestido a la niña de Tom Cruise. Más de 60 años lleva el taller en marcha y es el clásico que a toda buena flamenca nos gusta. Gitanas calzadas de Castañer, pisaron fuerte con unos diseños totalmente pulidos de artificios dejando ver unos elaborados patrones con artesanales bordados, escotes de barco y mangas hasta la muñeca, resultando un conjunto impecable y elegante.

    Colecciones de M.Freire y Beatriz Reina




    A Lina, le siguieron Marga Freire, que destacó con sus tres piezas; camisa, falta y fajín y Beatriz Reina, que presentó unos provocadores monos de encaje elástico, no sé yo si los veremos por la feria, pero sin duda han sido de lo más original presentado.









    La revelación de la temporada ha sido indiscutible: Rocío Peralta, hija del famoso rejoneador, Rocío lleva en el mundo de la moda flamenca desde 2009 con bastante éxito entre las chicas más estilosas de la capital andaluza. Bajo el nombre de “Universo de colores”, la diseñadora presentó una colección inspirada en Frida Kahlo, donde funde la cultura mexicana y andaluza que guardan bastante relación. Trajes llenos de color, faldas con vuelo, sombreros charros colmados de flores, mantones cruzados, tapacosturas singulares, chalecos bordados y estilo, mucho estilo en las trenzas cruzadas de las modelos que desfilaron a ritmo de rancheras. Colección diez y guapísima ella, cerrando desfile con modelazo de Roberto Diz.

     
    Aurora Gaviño, una veterana en este evento, no sorprendió nada, sigue en su línea de flamenco gysyp, flores en la frente y chorreras, algo rancio ya. 

     El día fuerte, que fue el sábado, Rosalía Zahino, arriesgó como siempre, con una colección que recordaba al arte sumerio, (por los cetros o cayados) Transparencias, formas imposibles y tocados maxi. Con Pilar vera, volvíamos a recolocarnos en el lado más clásico de volante, listas para pisar el albero. Trajes con copas en el pecho, minilunares y mangas de gasa. 

    Colecc. Pilar Vera y Loli Vera



    Loli Vera, también fue muy esperada y posteriormente, celebrada. Trajes ponibles con volantes en pico, mucho bolillo, flecos y contrastes de tono. Y cerrando el chiringuito, Sonibel Vintage, para las que suele desfilar Lidia Lozano, sin llorar ni nada eh?! me han gustado su superposiciones de encajes, su uso del bolillo y escotes infinitos.








    
    Sonibel Vintage
    

    Lo cierto es que estos modelazo están cotizados entre los 500€ y los mucho euros, y yo este año estoy en crisis, más tiesa que la peina de Juanita Reina. Así, que lo me queda es pensar bien muy modelito y darle fuerte al pedal de la máquina de coser.


    Que flamenqueéis mucho, porque yo sin duda, ¡lo haré!


    El "Paris Haute Couture" de Worth

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    Aunque con algún altibajo meteorológico, ya tenemos el verano a la vuelta de la esquina, y con ello, los planes de ocio y relax… de relax o turisteo, que esto ya cada uno lo gestione a su gusto y antojo, pero para aquellos que tengan pensado pasarse por la ciudad de la luz, pasear por las orillas del Sena, tiene plan de moda asegurado, ya que hasta el 6 de julio tenemos nuevo evento expositivo; 

    Paris Haute Couture



    La gran mayoría de las prendas que se expondrán pertenecen al museo Galliera, el resto salen de las casas de moda parisinas como Dior y Chanel. Entre los vestidos con cristales de Swarosvki (casa patrocinadora de la muestra), se aprecia la evolución de la técnica en el enriquecimiento de los tejidos, a la vez que el patronaje se complicaba por días. Los inéditos de la exposición; una capa rosa de 1938, decorada en la espalda con un gran sol bordado de Elsa Schiaparelli, diseños de Balenciaga, Dior o Chanel. Además, que otra gran figura de la moda, Charles Frederick Worth, del que hemos tenido pocas oportunidades de ver sus obras en vivo y en directo.


    Este vestido de Té de Worth estará en la muestra


    De Worth, no hemos oído tantas historias turbulentas del enrevesado mundo de la moda, pero sin duda es una de la figuras con más peso en este mundillo, la que construyó los cimientos de la historia de la moda del siglo XIX.


    Charles Frederick Worth (1826-1895), diseñador británicofue pionero a la hora de firmar sus diseños, al igual que los artistas de otras disciplinas como la pintura o la literatura firmaban sus obras. Creaba una nueva colección cada año, con la que aumentaba sus ventas y por lo tanto sus beneficios. Acciones que no se habían hecho hasta el momento y perduran hasta nuestros días.



    Este modisto inglés llegó a París tras siete años de formación en Londres. Se establece en la capital francesa trabajando para los almacenes Gagelin´s, donde conocería a su mujer, Marie Vernet, una modelo de dicha casa. Para ella, diseñará un par de vestidos que provocaron el entusiasmo entre los clientes. Ese mismo año la empresa decide abrir un pequeño departamento donde Worth se encargaría de diseñar en exclusiva. Viendo la aceptación de sus modelos, el director de la empresa incluye uno de sus diseños  en el stand de la Feria Internacional del Palacio de Cristal en Londres. El traje ganaría una medalla y poco tiempo después, Worth dejaría los grandes almacenes para formar una sociedad con un comerciante sueco, abriendo tienda propia en la famosa Rue de la Paix.


    Las líneas de Worth eran sencillas, la falda caía plana por la parte delantera y recogió el exceso de tela por detrás. 

    La palabra modisto se creó especialmente para calificar a Worth, (igual que la de modistA es reclamada por Caprile), consiguió unir la técnica inglesa del corte con la elegancia de los franceses.

    El modisto inglés debió gran parte de su fama a dos emperatrices de la época: Isabel de Austria y Eugenia, la esposa de Napoleón III. Ambas se hicieron retratar para la posteridad luciendo diseños en seda y tul bordados en oro de Worth. 



    El ascenso de Worth como diseñador coincidió con el establecimiento del Segundo Imperio en Francia. La restauración de una casa real en 1852, con Napoleón III, que puso en marcha una gran visión de Francia, revitalizando la economía. La demanda de productos de lujo, incluidos los textiles y el vestido de moda, llegó a niveles que no se habían visto desde antes de la Revolución Francesa.  El patrocinio de la emperatriz Eugenia aseguró el éxito de Worth como modista popular desde la década de 1860.

    Eugenia de Montijo

    Sobre la indumentaria de la femme ornée o la "mujer adornada" de la belle époque hay que decir que se caracterizaba por su afán de comprimir y cubrir de postizos el cuerpo femenino. La idea era crear un reloj de arena con las curvas de la dama: frágil cintura y exuberante parte superior e inferior. El vestuario femenino, incluso en la versión ligeramente suavizada de Worth, recordaba a una camisa de fuerza. Las mangas estaban ahuecadas en el hombro, se recogían en el codo y se estrechaban hasta la mano. Las faldas llegaban hasta el suelo y se ensanchaban en las caderas, cayendo en forma de campana. Para el día se usaban telas de lino, terciopelo y lana. Los colores eran pasteles claros o apagados como el rosa, azul o malva. Para la noche se recurría a la seda, las puntillas, la muselina, el tul, el crespón de China o el satén entre otros.



    Por la década de 1870, el nombre de Worth aparecía con frecuencia en revistas de moda, la difusión de su fama llegó más allá de los círculos cortesanos. Muchas clientas viajaron hasta París para comprar armarios enteros de la Casa de Worth. 


    Con su talento para el diseño y la promoción, Worth convirtió su casa de modas en un gran negocio durante el último cuarto del siglo XIX. Sus hijos, Gaston-Lucien y Jean-Philippe, se hicieron cargo de los negocios de su padre después de su muerte en 1895, lograron mantener sus altos estándares. Los diseños de Jean-Philippe, siguieron la estética de su padre, con el uso de telas espectaculares y adornos lujosos. La casa floreció durante la década de 1920. La gran dinastía de la moda llegó a su fin en 1952, cuando el bisnieto de Charles Frederick Worth, Jean-Charles, se retiró de la empresa familiar.


     

     
     


    Las Santas que Inspiran la Moda

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    Hacía ya más que tiempo que no recibíamos ninguna iniciativa interesante vinculada a la moda en la capital hispalense. Y como no, al enterarme de la unión arte-moda he aprovechado un fin de semana de trabajo en mi ciudad natal, para buscar un hueco y conocer de primera mano esta muestra que tanto me prometía, ya solo el nombre cautivaba:

    'Santas de Zurbarán: Devoción y Persuasión'

    A pocos se les escapará quién es Zurbarán, y seguro, al menos en alguna ocasión, habrá tenido la oportunidad y el placer de contemplar alguna de sus obras pictóricas in situ.
     
     

    A lo largo de su trayectoria, Francisco de Zurbarán, natural de Fuente de Cantos, (1598-1664), pintó multitud de Santos, pero las series de sus “Santas Vírgenes”, marcaron un antes y un después, particularmente, por la elaborada y original indumentaria con la que eran representadas. Lejos de cubrir sus anatomías con harapos o vestidos de tiempos romanos, las Santas, aparecen presentadas como señoras adineradas o aristócratas de la época, alejándose de forma sublime de representaciones anteriores donde estas mártires plasman dolor y sufrimiento.
     
    Zurbarán, dejaría patente una vez más su talento artístico, ya que los diseños de los vestidos y tejidos brocados, así como encajes minuciosamente representados, no eran copiados de modelos existentes, si no que este genial pintor los inventaba a su antojo, proyectándolos en su cabeza y finalmente, ejecutándolos de forma magistral con el pincel; combinación de colores, superposiciones de texturas, formas y volúmenes que inspirarán siglos más tarde a  iconos de la alta costura como Balenciaga.
     
    Precisamente, desde Guetaria a Sevilla para esta muestra expositiva ha viajado una de las creaciones de Balenciaga que refleja la influencia del pintor, se trata de un modelo de los años 60 en tela de gazar, tejido original ideado por la fábrica suiza Abrahamen exclusiva para la casa Balenciaga. El detalle más destacado de dicha influencia, es la cola del vestido, que nace desde el escote de la espalda cayendo al suelo, pero todo en una única pieza. Este modelo cola que popularizó Balenciaga con suma maestría, tiene una clara inspiración en el vestuario de estas Santas Vírgenes, concretamente podemos verlo en la representación de Santa Casilda, representada con un vestido con capa anexa.
     
    Volviendo a la muestra, aclaré que cuenta en un primer espacio, con 17 lienzos enfrentados del maestro extremeño donde el talento con el que retrató a estas mártires, convive en un segundo espacio con trajes que 12 diseñadores españoles que han realizado inspirándose en estos lienzos.
     
     
    Los escogidos han sido; Agatha Ruiz de la Prada, que “viste” a Santa Águeda; Modesto Lomba, a Santa Úrsula; Hannibal Laguna, a Santa Apolonia; Ana Locking, a Santa Catalina; Victorio y Lucchino, a Santa Isabel de Turingia; Ángel Schlesser, a Santa Catalina; Juan Duyos, a Santa Eufemia; Francis Montesinos, a Santa Margarita; Roberto Torreta, a Santa Marina; Elio Berhanyer, a Santa Casilda y a Santa Isabel de Portugal; y Pedro Moreno, que se ha inspirado en dos ángeles turiferarios. Para seros MUY sincera, las creaciones me han resultado flojas, me sobran nombres como el Agatha Ruíz y me falta creadores locales, que han bebido desde su nacimiento el barroco de la escuela sevillana y crecido en iglesias y museo que albergan estas Santas, porque otra cosa no amigos, pero nosotros somos muy barrocos, grandes de ejecución y de impecables terminados.
     
     
     
       Además, los alumnos de la cátedra de diseño y moda de Elio Berhanyer, también reinterpretan algunas de estas mujeres divinizadas. Mi favorita, Santa Inés del alumno Rafael Girón, (me resulta un santa de Gautier).
     
     
    No en vano, hay que tener en cuenta y resaltar que Zurbarán, demostró en esta serie que fue de forma silenciosa uno de los grandes precursores de la moda española, fuente de grandes genios que materializarían sus ideas de forma magistral.
     
    Hannibal Laguna, para Santa Apolonia
     

    La amante del Rey que cambió la moda

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    Como bien sabéis los que pasáis por aquí de vez en cuando, (que es solo cuando me da por escribir), a mí, lo que me gusta más allá de asistir a desfiles o a la antigua Cibeles hora tras hora (porque a mí a otras pasarelas no me invitan), lo que me gusta de verdad, es unir el arte y la moda de la forma que sea; encontrar moda en el arte o en la historia, arte en la moda o asistir y emitir mis opiniones personales sobre exposiciones que estén en el “candelabro”.


    Si observamos esta obra La virgen con el niño o Madona, de Jean Fouquet (1450). Puede que no suene de nada, a pesar de ser una de las obras más icónicas de la época. Pero si sabemos que la modelo que posó para representar a esta virgen fue Agnès Sorel, la historia de este lienzo de carácter religioso cambia bastante, aunque ese nombre siga sin sonarnos de nada.

    Agnès Sorel (1422-50), fue la amante favorita del rey Carlos VII de Francia, con quien tuvo tres hijas y considerada la primera amante real reconocida oficialmente.
     
     Hija del soldado Jean Soreau y de Catherine de Maignelais, Sorel tenía 20 años cuando fue presentada por primera vez al rey Carlos VII. Más tarde, comenzó a servir a María de Anjou, la esposa del monarca y en un suspiro se convertiría en amante de éste… si ya lo dice Sienna Miller; ojito con las mujeres que entran a trabajar en tu casaaa.  


    Una vez coronada como amante oficial, ejercía gran influencia sobre las decisiones del monarca, además de compartir gustos exquisitamente extravagantes y ello, le valió numerosos enemigos en la corte, entre ellos el delfín, Louis, por la que mostraba un feroz odio, siendo objetivo de todas las miradas a la extraña muerte de Agnès.

     




    Sorel, sirvió de modelo de numerosas obras de arte contemporáneas. Y tal como pasaba en la antigua Roma en la que las emperatrices marcaban las tendencias de moda y belleza, Sorel ganó el pulso a la propia reina y era ella a quién seguían en cuanto a estilo estético las damas de la corte.

    La amante más poderosa del momento impuso enormes escotes delanteros, tocados puntiagudos con velos, la depilación total de cejas y depilación también para el nacimiento del cabello (como podemos apreciar en la Madona de Fouquet). Por todo ello, se ganó el apelativo de Dame de beauté (La dama de la belleza).


     

    Alguna prenda de ropa impuesta por ella, conservó su nombre: el corsé Agnes Sorel. El estilo Agnes, se usó para describir dicho estilo, la forma de vestir "de princesa".

    Por supuesto debemos añadir que Agnès era una mujer culta, refinada y elegante y lo más importante; era muy consciente de ello.

     


    Cuando estaba embarazada de su cuarto hijo, salió de Chinon para reunirse con Carlos en la campaña de Jumièges. Allí, enfermó y repentinamente falleció, a los 28 años. Aunque al principio se creyó que la causa de la muerte fue disentería, los científicos comprobaron que murió envenenada por mercurio, tenía enemigos de sobra en la corte, aunque también el mercurio se usaba en ocasiones para preparaciones cosméticas, por lo que ese pudo haber sido el medio para el asesinato o simplemente se pasó con la cosmética de la época, nunca lo sabremos con seguridad.

    Fue enterrada en la Iglesia de St.Ours, en Loches. Su cuerpo se divide en dos magníficas tumbas: una para el corazón y el otro para su cuerpo.



    Como amante del rey, fue sustituida en poco tiempo por su prima, Antonieta de Maignelais, tras su muerte.


    Considerada por muchos de sus contemporáneos  la mujer más bella del mundo, Agnès Sorel a día de hoy, sigue fascinando.


    Hola, soy NANCY y quiero ser la muñeca más elegante!

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    Con esta declaración de intenciones una de las muñecas más famosas para las que pasamos el umbral de los treinta estrena exposición en el Museo del traje (Madrid).




    Una muñeca de las de toda la vida, sencilla y de cara dulce, no como esas que me reclama mi sobrina pequeña, si, me refiero a las Monster High,hijas de Drácula y otros seres monstruosos, de piel gris, con orejas de lobo… Por Dios, que duermen en ataúd! Con lo bonita que era la cama de mi Nancy con sus sábanas bordadas por la primorosa de mi madre, estas niñas no entienden de nada. 



    No es ninguna novedad que las muñecas suelen ser un referente de la moda de su época, así lo vimos con las muñecasPandoras.

    A nivel museográfico, la exposición tiene poco mérito, se le ha dedicado el mismo rincón que a la muestra de Versace. Entiendo, que corremos tiempos difíciles y los montajes son caros, pero quizás aquí se podría haber tirado de alguna empresa privada FAMOSA y haber realizado algo de ensueño, que es lo que merece esta muñeca.

      Dicho esto, Nancy se muestra como una maniquí de excepción vestida por una amplia selección de diseñadores españoles, 25 para ser exactos; Maya Hansen, José Castro, Angel Schlesser, Hannibal Laguna, Andrés Sardá, Juanjo Oliva, Alma Aguilar, Ana Locking, Devota & Lomba, Ágatha Ruiz de la Prada, Menchén Tomás, Duyos, Teresa Helbig, Ion Fiz, Dolores Cortés, Amaya Arzuaga, Antonio Alvarado, Helena Rohner, Kina Fernández, Nicolas Vaudelet, Rabaneda, Roberto Torretta, Anjara García, María Barros y Juana Martín.


    Esta muñeca ha sido un reflejo de las pautas culturales, las modas y las costumbres de nuestra sociedad en un momento concreto y muchos diseños de estos creadores lo reflejan. Aunque, yo no dejo de imaginarla con vestidos minifalderos al estilo de Mary Quant, largas pestañas postizas, ojos marcados y un aire ingenuo pero sensual.




    Los creadores participantes, tanto de primera línea ya consagrados, como los noveles,  han realizado modelos en consonancia con su personalidad, deliciosamente elaborados, en todo tipo de tejidos, formas y colores.




    Para dicho diseños se han creados “total looks”: las han peinado, cortado y teñido el pelo, maquillado, pintado las uñas, puesto cadenas, turbantes, pendientes, sandalias plataformas y medias de rejilla. Si señores, lo confieso, un cambio de estos quisiera yo para mí, porque no nos engañemos yo, más que Barbie siempre quise ser Nancy!


    HERMÈS: Esencia del cuero

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    Se abre la veda, al igual que en septiembre llegan al quiosco todos esos coleccionables que nunca acabamos de completar, las exposiciones comienzan a circular tras el verano para dar entretenimiento al body.
     






    En el último post hablamos de la exposición que alberga el museo del traje sobre el 45 cumpleañosde Nancy, hoy nos toca hablar de una de las firmas que tiene como materia estrella el cuero, una de las más exquisitas dentro del mundo del gran lujo y desde hace más de 170 años, y no, no me refiero a esta OTRA, sino a Hermès.




     La exposición lleva por nombre “Esencia del cuero”de Hermès. No se estrena por primera en Madrid, antes ha pasado por otras grandes ciudades como Shanghái y posiblemente después del 13 de octubre (que es cuando finaliza), desembarcará en otra gran ciudad amante de la moda y lujo.




     Desafiando a la mala suerte y coincidiendo con el número del día del cierre de la muestra, la exposición se divide en 13 espacios dentro del palacio de cristal que alberga el centro Cibeles. 13 espacios, perfectamente llevados al término para el que han sido destinados, 13 espacios diferentes, 13 espacios de ensueño que inventan lo que no existe; los deseos más locos, las sensaciones más intensas y los desafíos más grandes.






    Que el cuero es la materia reina de la marca francesa, es más que obvio, la novedad es que esta exposición nos hace apreciar/descubrir una dimensión distinta de esta materia prima que nunca envejece, al contrario, embellece al contacto con su acompañante, domando el tiempo y haciéndolo aliado, al igual que se doma a un caballo, curiosamente, el primer cliente de la marca.



    Todo empezó para el caballo y por ello, ocupa una posición privilegiada en esta muestra; se recrean cuadras, campos de saltos, se pueden probar sillas espectaculares de cocodrilo verde, fustas o botas. El olor a caballo es casi perceptible y allí dentro, nada resulta lo suficientemente bello para este animal.




    Con espíritu nómada, nos adentramos en una sala donde pisamos arena blanca, podemos sentirla y dejamos nuestra impronta en ese espacio, pisamos por donde tantos han pasado y pasarán de forma “nómada”. La carava de Hermès desembarca en un espacio en forma de jaima del color de la marca, naranja, un naranja lleno de luz que ciega como sol del desierto y bajo esta jaima, vestuario de aventureros modernos, picnic o baúles-cabina. Y entonces, hacemos palpable la sobriedad como evidencia.




    Por supuesto, los dos modelos de bolsos más icónicos de la casa, debían tener un lugar especial, una enorme estructura retro iluminada de un bolso modelo Kelly, alberga distintos ejemplos de este mismo modelo y del modelo Birkin; dos modelos, dos leyendas, únicos y múltiples.



     

    Para finalizarar la muestra, ya en la última sala, la número 13, un homenaje a España, dos bolsos Pase-Guide bordados sobre satén deseda, dentro de un teatro de cortinas de terciopelo negro, bailan flamenco enfrentados. Una pequeña ilusión imaginada solo para esta exposición madrileña.

    Isabel I, vestida para REINAR

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    In Fine Style: El arte de Tudor y Stuart Moda

    Hasta el pasado 6 de octubre en la Galería de la Reina, dentro del Palacio de Buckingham se albergó la exposición: In Fine Style.




    Una gran ayuda que siempre hemos tenido para el estudio de la indumentaria de cada época, así como los cambios de la sociedad y su moda, han sido los retratos, especialmente, los de las familias más famosas y adineradas, es decir, las reales. 

    In Fine Style,se dividió en ocho partes principales: vestido y sus significados; vestir mujeres, vestir hombres, vestir a niños, pintura de vestir, la moda en las fronteras; indumentaria de batalla y caza, jugando un papel (vestido de entretenimiento).



     La exposición incluía más de obras 60 pinturas de los siglos XVI y XVII, así como dibujos, prendas de vestir, joyas, accesorios, armaduras. Así como las descripciones de los libros de patrones, libros de disfraces, placas de manera que ayudaban a difundir los diseños o la muestra del proceso de producción de seda en la Italia del siglo XVI. Una muestra del arte de los Tudor y los Stuart. Realeza que habitaba en su vestimenta como un medio de transmisión de mensajes clave para el espectador. 

    Mark Twain, repetía aquello de: "El hábito hace al hombre. La gente desnuda tiene poca o ninguna influencia en la sociedad", y lo cierto es la forma de vestir, identifica a las personas socialmente importantes que además necesitaban demostrar su despliegue de poder a través de sus ropas.


    Para el público del siglo XVI o XVII, la ropa podría revelar información sobre la posición social, económica, religión, nacionalidad o estado civil. La importancia de la ropa en el retrato puede revelar mucho más - puede ayudar a identificar una niñera, artista o de procedencia-y, en general puede proporcionar mucha información, por ejemplo, nadie por debajo de un barón podía usar calzas de terciopelo o satén, tampoco pieles ni botones si no pertenecías a la corte real.

     La indumentaria puede mover el juicio de la raza humana y su actitud puede variar ante un juez, un general, almirante, obispo, embajador, sultán, rey o emperador. 
    No gran título es eficiente sin ropa para apoyarlo".



    Pero sin duda, nadie como la hija de Ana Bolena y Enrique VIII, Elisabeth o Isabel I, la princesa bastarda, refleja como lo mencionado dentro de esta muestra como nadie. 

    En uno de sus retratos más celebres, luce un vestido púrpura con hilos de oro, costosa tela de la que solo podía hacer uso el Rey y sus más inmediatos, con ello, recordaba a su hermano Eduardo VI que la sangre que corría por las venas de ambos era la misma. A pesar de ello representaba decoro y modestia, pero al ascender al trono se subió a las tendencias de la época: su vestimenta era representación de su poder, aunque en privado decían que vestía sencilla y a veces, no se cambia de ropa en varios días.





    Su opulencia queda refleja en los kilos de perlas de portaba siempre, símbolo de su virginidad, además de piedras preciosas, exquisitos tejidos y gigantescas gorgueras hechas de reticella (encaje italiano).
     
    Pero a la prenda que Isabel I, fue más fiel y más criticada por ello fue el verdugado (armazón de alambre y madera que daban al faldón una forma cónica), ya que muchas “listillas” de la época lo usaba para ocultar embarazos no deseados.



    A pesar de otras extravagancias como teñir la cola de su caballo del color cobrizo de su pelo, Isabel usaba gruesas capas de maquillaje para ocultar marcas de sarampión y al comenzar a perder pelo atesoró una valiosa colección de más de 60 pelucas de pelo natural. Su inventario oficial en el momento de su muerte listaba hasta 1.900 piezas algunas con etiqueta de tesoro de estado.


    El lujo y la opulencia capturado en estas obras de arte ofrecen una confirmación viva de la relación entre el vestido, estatus y poder. 


    Una industria muy maquillada

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    Dos titanes de la cosmética en el siglo XX
     
    Cuando Ovidio, en su Arte de amar, aconsejaba a sus lectoras que se perfumasen las axilas, llevasen las piernas depiladas, blanquearan sus dientes, usaran colorete, se adornasen las mejillas con lunares postizos y resaltaran el brillo de sus ojos con «ceniza fina», el poeta romano se dirigía a una sociedad en la que las mujeres gozaban de significativas libertades en casi todos los aspectos de la vida social.






    Tras años de represión dos imperios: Rubinstein y L’Oréal, nacidos ambos de la pobreza llegaron a ser multimillonarios. Schueller (1881-1957), fundador de L’Oréal 1909, francés, con pasado nazi y científico. Poseía un gran olfato para los negocios, mientras que a Helena le gustaba fotografiarse con bata blanca en laboratorios, a pesar de no tener ni idea de química, pero eso sí, era brillante de forma innata un marketing que ni siquiera existía.






    Helena Rubinstein (1870-1965), judía, nacida en Polonia. Fundadora de la marca que lleva su nombre, se convirtió en una de las mujeres más ricas del mundo. Emigró a Australia en 1902, sin dinero y poco inglés. Sus ropas elegantes y tez lechosa no pasaron inadvertidas entre las damas de la ciudad y no tardó en encontrar compradoras de los botes de crema de belleza que portaba en su equipaje.




    Dichos magnates, adictos al trabajo hicieron una enorme fortuna, ya que su talento eclosionó en el momento adecuado.

    Schueller, levantó su imperio gracias a un tinte que no provocaba eccemas, y sus ventas se dispararon en los años veinte, cuando los peinados cortos se pusieron en boga.





    Ambas casas sobrevivieron al periodo de guerras, sobre las simpatías y antipatías políticas particulares. Además, Rubinstein, aprovechó el filón lanzando una línea masculina; un protector solar para los soldados estadounidenses que marchaban al frente.






    De Sídney, Helena saltó a Londres, de ahí a París, donde abrió un salón en 1912. Su marido la ayudó a escribir u propia publicidad y creó una pequeña editorial; El amante de Lady Chatterley.



    La Primera Guerra Mundial, supuso su salto a Nueva York, donde abrió nuevo salón, el precursor de la cadena en todo el país. Se trataba de una sala principal tapizada de terciopelo azul marino, decorada con revestimientos de madera de color rosa y esculturas de Elie Nadelman, aquello era más bien un salón Luis XVI que un salón de belleza; otras salas tenían inspiración chinesca, con biombos y paredes en tonos negros, dorados y escarlatas.



    Siempre fue muy conscientes de la comercialización eficaz y packagingde lujo, la atracción de la belleza con uniformes limpios, el valor del apoyo de las celebridades, el valor percibido de sobreprecios (cuanto más subía los precios más vendía), además de aportar celebres frases como: "No hay mujeres feas, sólo los perezosas". Ella sabía lo que era marketing y lo más importante, como aplicarlo.
     

    Diminuta, rellenita, siempre con tacones de aguja, con bombín sobre la cabeza y cubierta de extravagantes joyas. Era la energía personificada; una figura cómica e imponente a la vez.



    Fue la primera millonaria hecha a sí misma, un logro que le debía sobre todo a su publicidad inteligente, a su marketing y una época dónde habá un campo que cubrir.

    Ninguno de los magnates; Rubinstein/L’Oréal, se conocieron personalmente, en 1988, tras años de caza L’Oréal absorbió Rubinstein. Curiosa paradoja, la corporación manchada por el nazismo, engullía a la fundada por una judía.


    Impresionismo, moda y modernidad

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    Impresionismo, moda y modernidad, son tres conceptos que se unen para presentar una mirada que revela el papel de la moda en las obras de los pintores impresionistas y sus contemporáneos. Unos ochenta cuadros de figuras importantes en conjunto con trajes de época, ponen de relieve la relación vital entre la moda y el arte durante unos años cruciales para la moda, desde mediados de la década de 1860 hasta mediados de 1880, cuando París era la capital del estilo del mundo. Exposición que pudo verse hasta el pasado mayo en el Museo Metropolitano de Arte de New York.





    Con el auge de los grandes almacenes y la proliferación de revistas de moda, la vestimenta contemporánea adquirió una mirada fresca captada como nadie por Manet, Monet, Renoir, Baudelaire o Zola.


      
    La novedad, la vitalidad y el encanto fugaz de las últimas tendencias en la moda resultaron atractivas para una generación de artistas y escritores que trataron de dar expresión con toda riqueza de matices. Los ilustradores de moda y los impresionistas, dedicaron estrategias similares en sus representaciones de los parisinos elegantes (y en el marketing), que buscaba reflejar el espíritu de su época. Para los pintores de la vida moderna, la moda importaba y necesitaban reflejarlo.



    En esta exposición, artistas como Monet o Tissot gravitaron el vestido contemporáneo como la clave para vigorizar las tradiciones raídas con el sentimiento moderno. Y poetas como Stéphane Mallarmé, lanzaron su propia revista de moda en 1874.

    Los críticos se apresuraron a evaluar esta tendencia, burlándose de estos retratistas. En la década de 1860, los artistas mostraron sus ambiciones y sacaron sus paletas a la calle, pintando escenas contemporáneas de ocio que ensalzan la belleza fugaz, las cualidades efímeras de luces y sombras, al igual que pasa con las últimas tendencias en la moda (vestidos de algodón, piqué, adornados con bordados scrollwork negro, quedaban perfectamente retratados).

     

     Monet volvió al tema de la mujer en El jardín (Musée d'Orsay, 1866), donde detalla vestidos que salen del cuadro para ser expuestos confrontados con sus representaciones. También el color negro desde el seductor bohemio Manet toma otra dimensión y los vestidos de seda negros transmiten la elegancia mundana y sensual de un periodo de cambios.



    En la década de 1870 dio paso a la década de 1880, y el bullicio cedido a la aerodinámica "el estilo princesa", la moda afirmó el interés de un círculo cada vez más amplio de los artistas como Camille Corot o Paul Cézanne. Los intereses de pintor cambiaron junto a las tendencias, sus atenciones; detalles de faldas bordadas y enaguas de volantes, poco a poco tornaron a una desmaterialización de la luz del sol sobre la tela, de la fugacidad de la moda a la variabilidad del tiempo y la luz.


    Si bien los códigos de vestimenta para las mujeres dictaron una panoplia, las opciones para los hombres en el siglo XIX eran simples, poco inspiradoras para los artistas. Pero aceptaron el desafío de agregar distinción a sus representaciones del hombre moderno con la invención o poses y el nuevo uso de accesorios (tipificado por una variedad de prendas para la cabeza y el período del uso de bastones).

    Degas exploró los sombreros de copa para animar la escena y definir su figura central, el banquero y coleccionista. 



    Con un enfoque renovado, los pintores volvieron a las revistas de moda y se apoderaran de la silueta femenina en toda su longitud, para el estudio de los corsés que dieron forma a la forma y sombreros y zapatos, que dieron altura.
    Para los principales críticos de la época impresionista, la modernidad era un fenómeno urbano. Los bulevares, salones de baile y los palcos dorados, ofrecen nuevas perspectivas y lugares para ver y ser visto.

    La pintura también anunció el fin de una era en la moda. La siguiente generación de artistas los post-impresionistas, trabajarían con la imaginación sobre la observación y el sentimiento intemporal, sobre los caprichos efímeros de la moda que todavía llegan a nosotros.

     
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